No todos los psicólogos habían aceptado las doctrinas
conductistas. La Psicología de la Gestalt y la psicología humanista fueron dos
escuelas que prepararon el camino para la revolución cognoscitiva. Wertheimer,
Kohler y Koffka estaban interesados en la percepción, pero particularmente en
ciertos trucos que nos juega la mente. Por ejemplo, ¿Por qué percibimos
movimiento cuando nos proyectan una serie de fotografías inmóviles a una
velocidad constante?
Fenómenos como
estos dieron inicio a una nueva escuela de pensamiento, la psicología de la
Gestalt. Traducido aproximadamente Gestalt significa “todo” o “forma”. Cuando
se aplica a la percepción se refiere a nuestra tendencia a ver patrones, a
distinguir un objeto de su fondo y a completar una imagen a partir de unas
cuantas señales. Los psicólogos de la Gestalt rechazaban el intento de
descomponer la percepción y el pensamiento en sus elementos. La psicología de
la Gestalt estableció la base para el estudio moderno de la sensación y
percepción, y contribuyo a revivir el interés en los procesos mentales o
cognoscitivos.
Durante
el mismo periodo el psicólogo estadounidense Abraham Maslow desarrollo una
aproximación más holista a la psicología en la cual los sentimientos y anhelos
juegan un papel clave, Maslow se refirió a la psicología humanista como la
tercera fuerza, los psicólogos humanistas enfatizan el potencial humano y se concentran
en la salud mental y el bienestar, en la comprensión y el mejoramiento de uno
mismo más que en las enfermedades mentales.
La psicología
humanista ha hecho contribuciones importantes al estudio de la motivación y las
emociones, así como a los subcampos de la personalidad y la psicoterapia, pero
nunca ha sido totalmente aceptada por la psicología dominante.

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