Conceptualización de memoria
Es
natural la tendencia del hombre a buscarle sentido, coherencia, explicación a
todo lo que percibe, basándose para ello, en lo que ya sabe. Sólo cuando logra
cierta coincidencia entre lo percibido y lo sabido, aquello adquiere sentido
para el hombre. Si se carece de los conocimientos que permitan interpretar
satisfactoriamente lo observado, se acude por analogía a situaciones conocidas
y se deduce la información faltante. Lo que no se soporta es permanecer en un
mundo sin sentido. Quienes conocen los estudios de Piaget (1975) saben que el
hombre, desde sus primeros años de vida, es capaz de percibir y reconocer. Al
hacerlo, guarda en su memoria algún tipo de imagen o representación del mundo
que lo rodea, que luego compara con lo que percibe en otro momento determinado,
descubriendo semejanzas o relaciones. Es el inicio de lo que Piaget (ibidem)
llama capacidad simbólica, base indispensable para el desarrollo posterior del
lenguaje que se apoya en ciertos procesos cognitivos.
Los procesos cognitivos, “son estructuras
o mecanismos mentales” que se ponen en funcionamiento cuando el hombre observa,
lee, escucha, mira. Estos procesos son: percepción, atención, pensamiento,
memoria, lenguaje. Los procesos cognitivos desempeñan un papel fundamental en
la vida diaria. El hombre, todo el tiempo, está percibiendo, atendiendo,
pensando y utilizando la memoria y el lenguaje. Juntos, estos procesos
cognitivos constituyen la base a partir de la cual se entiende el mundo.
También subyacen al funcionamiento cognitivo más sofisticado como lo es la
lectura, la comprensión social o las creencias. Sin embargo, estos procesos no
tienen lugar como meras rutinas automáticas de procesamiento de la información:
actúan como muchos otros aspectos de la psicología humana, aportando su cuota
para convertirnos en lo que somos.
Para las posturas cognoscitivas (autores
como Piaget), la memoria está fuertemente ligada con el desarrollo genético del
sujeto, evolucionando hacia una forma de equilibrio del individuo, relacionado
con el desarrollo de sus funciones cognoscitivas. La memoria depende de las
formas de organización de la actividad mental (aspectos motores, intelectuales,
afectivos, personales y sociales). Piaget define la memoria como: “la
conservación de todo lo adquirido en el pasado mediante el aprendizaje y la
percepción convertido en esquema […] el esquema se forma con los hábitos y las
operaciones superiores.”
La memoria
Se entiende por memoria “la capacidad de
retener y evocar información de naturaleza perceptual o conceptual” (Viramonte,
2000: 31). Significa que la memoria es la facultad por medio de la cual se
retiene y recuerda el pasado, es la facultad por la cual se almacena el
conocimiento que se tiene sobre algo y las interpretaciones que se hacen de ello.
De acuerdo con Banyard (1995), cuando se memoriza, en primer lugar, se necesita
codificar la información, de modo que pueda formar alguna clase de
representación mental (acústica para los acontecimientos verbales, visual para
los elementos no verbales, o semántica para el significado). Una vez hecho
esto, se almacena esa información durante un cierto período de tiempo (corto o
mediano plazo), y luego, en una ocasión ulterior, se recupera.
La codificación de la información puede
implicar también el establecimiento de conexiones con otros detalles de
información o su modificación. Así, pues, la memoria no es como una grabación,
es un proceso activo. Existe alguna relación entre la memoria y la atención. Un
determinado acontecimiento puede o no ser analizado o procesado con más
detalle, dependiendo de si se atiende a él o no. En efecto, muchos de los
denominados problemas de memoria son consecuencia de no prestar atención.
Viramonte (2000), expone tipos o almacenes de memoria que han sido presentados
por algunos estudiosos, la sensorial, la de corto plazo y la de largo plazo. La
primera se relaciona con los órganos sensitivos hasta la llegada de la
información al cerebro, la segunda, es de capacidad limitada, propuesta para
explicar la cabida que tienen las personas para retener y repetir dígitos y
sílabas sin sentido. El tiempo durante el cual la información permanece en ella
es de unos pocos segundos. Mientras que la memoria de largo plazo es de
capacidad y retención indefinida.
Registros
Sensoriales
El registro sensorial es también conocido
como memoria sensorial. Toda la información exterior que es percibida por lo
sentidos fluye en los registros sensoriales, donde la información permanece en
un breve lapso y después se procesa en ellos o se extravía. Los registros
sensoriales más estudiados son los visuales o icónicos y los auditivos,
acústicos o ecoicos.
Investigaciones efectuadas por George
Speling, demuestran que un ícono representa la copia idéntica de una
experiencia visual. De ahí que la memoria sensorial icónica está relacionada
con la visión. Por lo general, su almacenamiento en la memoria es muy breve,
apenas entre 0.10 y 0.25 segundos. Por otro
lado, la memoria ecoica se encarga de la retención de información de eventos
auditivos, misma que también almacena un duplicado preciso de una experiencia
auditiva; sin embargo, su capacidad de almacenamiento, a diferencia del
registro icónico, es más duradera, debido a que se sitúa en un periodo
comprendido entre 3 a 6 segundos.
Cabe destacar que, para el registro de
información, son importantes los procesos de atención y percepción. La atención
consiste en un proceso selectivo en el cual sólo se conserva una determinada
cantidad de información, la percepción, por su parte, constituye la base de la
totalidad de los procesos cognitivos, conformando la entrada de la información;
de modo que la percepción se encarga de interpretar la información y las
sensaciones que ingresan en los sentidos.
Clasificación de la Memoria
Memoria a
corto plazo
La memoria a corto plazo o también denominada
memoria operativa, retiene la información generada por el medio que nos rodea,
pero con una capacidad limitada. La información obtenida desaparece en un lapso
de hasta 45 segundos aproximadamente, a menos que esta sea conservada en
nuestra memoria con ayuda de la función de recuperación.
Según la teoría “lapsus de juicio absoluto”
de Miller, en la memoria a corto plazo sólo podemos almacenar siete ítems,
con una variación de aproximadamente +/-2, esto se debe a que la memoria a
corto plazo tiene una capacidad limitada para procesar los estímulos que han
sido generados mediante la percepción de un elemento determinado.
En la psicología freudiana, la memoria a corto
plazo sería referido como la mente consciente.
Una de las consecuencias más comunes de la memoria
a corto plazo es la pérdida de los recuerdos (el olvido).
Memoria a largo plazo
Este tipo de memoria
puede almacenar permanentemente la información. Dicha información está fuera de
nuestra conciencia, pero puede ser llamada a la memoria de trabajo para ser
utilizada cuando sea necesario. Este tipo de memoria presenta una
capacidad ilimitada para el almacenamiento de información.
En la psicología
freudiana, la memoria a largo plazo sería referida como mente preconsciente
o inconsciente.
Bibliografía

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